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martes, 29 de junio de 2010

Críticas





JORGE TORRES
Y SU NUEVA ESTANCIA DE LOS SUEÑOS

A la pintura de Jorge Torres se llega y se está. No se huye: Hay un extraño y apacible tiempo de memoria y de melancolía que torna a los sentidos una prófuga alusión de recuerdos como asombroso repliegue del corazón.


Por las estancias de la luz, en detalles umbríos están la silla y la ventana desfigurando los espacios a través de luces acabadas, que filtran los recuerdos en fantásticos goces, surcidos por maquinas de antigua geografía que contienen en su alma también el alma de un bondadoso sueño de mujer.


Todo armoniza en el tiempo y el espacio, y recrea con sabio privilegio el espíritu inquieto que encuentran estos lienzos la esplendida textura de un “Retrato de Costurera”, ceñido por hilos invisibles de cotidiana poesía.


Torres nos regresa a la infancia de los seres y las cosas, con un maravilloso correo espiritual del tiempo, que zizaguea en los espacios con fuego propio de misteriosa creación.


JORGE EDUARDO PARDO DURAN
Presidente Academia Iberoamericana de Letras Artes y Ciencias
Septiembre de 2010


RECUERDOS INTRANCENDENTES

Su obra es un viaje que invita a la serena búsqueda de lugares cotidianos, que implica recuerdos que quizás todos tenemos pero no evocamos, ya sea por intrascendentes o por carecer de la posibilidad de revivir las imágenes en nuestras mentes.

Delicadamente y con efervescente meticulosidad reta al ojo del observador, lo lleva en sus pensamientos a centrarse en recuerdos claros de épocas vividas, cómo pasar desapercibido ante semejante magia?

Me recuerda que en la vida diaria miramos sin ver, por eso cuando plasma sus obras detiene el tiempo y desafía la retina.

Considero que su obra es sensiblemente bella, canta a los ojos, embriaga a los demás sentidos y despierta emociones olvidadas, detrás de ella hay un ser ávido de comunicarse, que grita en su pincelada para que no nos olvidemos de las infinitas emociones que transmite su pintura.

                                                                                            JORGE DIEGO ZAPATA


LOS TEJIDOS DEL RECUERDO

En Las tiendas de encajes más famosas de Bruselas, hay ciertas habitaciones dedicadas exclusivamente para la hiladura de los modelos más primorosos y delicados.

Estas habitaciones están completamente oscurecidas. Solo entra la luz por una pequeña ventana la cual va a parar directamente sobre el modelo. En la habitación solo hay un hilador el cual se sienta junto al lugar donde los rayos de la luz dan sobre lo hilos de su tejido.

De esta manera, nos dijo el guía, aseguramos nuestra producción más refinada. “EL ENCAJE SIEMPRE SE TEJE DE UNA FORMA MAS EXQUISITA Y PRECIOSA CUANDO EL OBRERO MISMO ESTA EN LA OSCURIDAD Y SU MODELO SOLAMENTE ESTA EN LA LUZ”

                                                                                                                     ANONIMO


Las Máquinas y los sueños en las telas nostálgicas
de Jorge Torres

Sobrevivir a los trazos del recuerdo en pinceladas que recogen las fantasias de una eternidad llena de mística, colocados en cada una de las esquinas de los tiempos vividos o en la cálida frescura de los relatos familiares que tañen las paredes y ventanas atrapadas en el delirio del tiempo, es casi un milagro de delirante poesía.

Por esos lienzos y caminos a trepado la densidad policolor de un sostenido dialogo con la belleza que Jorge Torres ha comunicado a través de sus nostálgicas telas llenas de máquinas, imágenes y sueños.

Y desde allá, la mujer, forjadora y madre de la eternidad va desafiando en hilos de ternura todos los claroscuros del tiempo y del espacio.

Así, volvemos hacia adentro, desde nosotros mismos, a mecer en la silla ennoblecida los breves soliloquios de corazón.

                                                                            Por: Jorge Eduardo Pardo Duran
                                        Presidente de la Academia Iberoamericana de Letras, Artes y Ciencias



LA FUERZA DE LA PINTURA DE JORGE TORRES

No tengo el gusto de haber visto directamente una obra, no obstante ello no significa que el mensaje que transmite no sea captado aun en la frialdad de un computador, es tanta la fuerza alojada en cada pintura que mueve el pensamiento aún en la rígida imagen de una máquina.
JORGE DIEGO ZAPATA 






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